Que nadie se sorprenda. Hasta hace tres jornadas ni ellos habían perdido nada ni nosotros habíamos ganado nada, así que el partido fue un monólogo constante que a ellos les sirvió para afinar su ataque y perfeccionar su defensa. Nosotros además tampoco tuvimos una buena tarde y el campo era grande, así que peor que peor. El resultado lo dice todo.
Sólo reseñar lo mismo que el cartel, no era partido para viejos y Albert, que venía tocado del abductor acabó cojeando por el campo. Ramón realizó un contraataque en el que su cuadriceps sólo llegó hasta la liea de tiros libres rival, así que ahí acabó su partido. Respecto a mí, llegaba con la espalda tocada por un golpe ante los Bowling y agravada entre semana y salí peor que entré. Como decía Ramón, ya no somos unos niños.
Nuestro partido se reume a algunas acciones individuales, y una segunda parte en la que triplicamos la anotación de la primera, pero todo para llorar. El próximo partido se intentará mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario