Nueva derrota de los Raiders ante el Cacique con abultada victoria visitante. Con sólo seis efectivos en el pabellón se inició el partido con la advertencia del árbitro de que a la próxima sin uniformar nos multaban (estamos solucionando eso). La escasa profundidad de nuestro banquillo era patente y comenzamos jugando con una torrija impresinante. Un parcial de 13-0 fue suficiente para marcar el ritmo del partido. Su organización y plantilla hacían esperar más, pero el rival demostró que pese a los jugadores altos que tenía, su poder estaba en la rapidez de su juego exterior y no en el interior.
Nuestro juego en ataque mejoró gracias al duo Eduardo-Roberto, quiene encontraron un filon bajo tableros. La ecasez de banquillo también marcó nuestro contraataque, menos efectivo incluso que nuestro juego exterior, que ya es decir. Albert acabó sellando su idilio con Balbino con su primera técnica y el partido discurrió placidamente hasta el final, en el que la ventaja se maquilló o se mantuvo, según quien lo vea.
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